domingo, 12 de abril de 2015

Dios se revela como Dios de justicia que libera al oprimido

Dios se revela como Dios de justicia que libera al oprimido

En las Escrituras, la justicia de Dios es eminentemente una justicia que salva. El Dios justo, cumple sus promesas de salvación y actúa en favor del derecho, la justicia y la felicidad. El Señor juzga para salvar, hace ver el mal para eliminarlo.



El hombre no puede justificarse, es Dios quien justifica, sólo Él puede hacer al hombre justo en virtud de la gracia de Jesucristo  a quien el creyente permanece unido. La justicia del hombre consiste en ser lo que Dios quiere que sea: una persona de bien viviendo una vida conforme a su voluntad. Una persona justa y sabia es aquella que escucha y hace la voluntad de Dios. Nuestra justicia personal no es más que una participación de la suya, es Él quien la hace posible. “Señor... no llames a juicio a tu siervo, pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti” Sal 143 (142), 1-2 y 51 (50), 7. Rom 3,20. Gál 2,16 y muchos otros textos.


Por otra parte, Dios se revela como el liberador y defensor de pobres y oprimidos; por ello, creer en Él significa practicar la justicia hacia el prójimo. Sólo quien observa los deberes de la justicia hacia sus semejantes conoce verdaderamente a Dios. Conocer a Dios significara, por tanto, practicar la justicia.

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